Ilha de patmos joão

En el año 81 Domiciano sucedió al emperador Tito. Al principio, su reino fue tan benigno hacia la nueva fe como lo habían sido los reinos de sus antecesores.

Pero hacia el final de su reino se desató de nuevo la persecución. No sabemos a ciencia cierta por qué Domiciano persiguió a los cristianos.

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Sí sabemos que Domiciano amaba y respetaba las viejas tradiciones romanas, y que buena parte de su política imperial consistió en restaurar esas tradiciones. Por lo tanto, era de esperarse que se opusiera al cristianismo, que en algunas regiones del Imperio había ganado muchísimos adeptos, y que en todo caso se oponía tenazmente a la antigua religión romana.

Además, ahora que ya no existía el Templo de Jerusalén, Domiciano decidió que todos los judíos debían enviar a las arcas imperiales la ofrenda anual que antes mandaban a Jerusalén. Cuando algunos judíos se negaron a hacerlo o mandaron el dinero al mismo tiempo que dejaban ver bien claro que